domingo, 27 de enero de 2013

¿Son realmente ‘’tan malas’’ las agencias de rating?




Dichas agencias evalúan el riesgo emitiendo la probabilidad de que el emisor devuelva su deuda, por tanto, son simples opiniones independientes sobre probabilidades futuras de impago. Sus calificaciones no son una auditoría, no son una recomendación de compra ni venta y tampoco son dictámenes.

Ni son generadoras de la crisis ni fallan tanto como la gente piensa: El 90% de las firmas que dejaron de pagar poseían un año antes un rating de ‘’bono basura’’ y ya en 2006 se empezaron a revisar las calificaciones de las operaciones subprime. 

Tampoco son tan volátiles o especulativas: El 78% de los rating AAA, el 76% de los AA y los A, el 70% de los BBB, el 51% de los BB y el 41% de los B mantienen la misma calificación al cabo de dos años de ser realizada.

Las agencias poseen una cartera de clientes muy diversificada y tienen códigos de conducta muy estrictos. Nadie participa en una calificación si tienen alguna vinculación con la firma calificada y se caracterizan por ser realmente independientes e imparciales. Además, los principales pleitos recibidos por las agencias proceden de EEUU y no de Europa; por lo tanto tampoco podemos afirmar rotundamente que las agencias favorecen las emisiones de sus países: EEUU (S&P y Moody’s) e Inglaterra (Ficht).

Antes de la crisis las agencias dependían de las autoridades nacionales y de un comité europeo que velaba por el cumplimiento del código de conducta del IOSCO (Organización Internacional de Comisiones de Valores) y actualmente la supervisión se va a realizar por la ESMA (Autoridad Europea de Mercados y Valores). Si actuaran fraudulentamente en sus opiniones se les puede demandar; pero lo que no se puede hacer es llevarlas a juicio porque alguien no esté contento con su calificación. Las agencias ‘’no van por libre’’ ni tampoco poseen inmunidad judicial.

Llegados a este punto, lo que sí se debe cuestionar es su eficiencia, ya que son muy mejorables. Se debe mejorar su transparencia, fomentar la competencia (ya que ahora mismo forman un oligopolio), publicar estadísticas de la calidad de las calificaciones…

A la hora de analizar un país, lo sitúan en el nivel de rating que le corresponde en relación al riesgo de impago. Desde 1983, todos los Estados que han suspendido pagos habían perdido el grado de inversión, esto es la deuda calificada con BBB o Baa (dependiendo de la agencia) o superior, un año antes como mínimo.

Toda persona que tome una decisión de inversión debe asumir su responsabilidad y no justificarse en los rating. Las agencias no asesoran ni estructuran productos. Son una simple opnión.

Artículo publicado también en Que Aprendemos Hoy
Imagen: Agencias

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